Adivinar es imaginar con certeza

28.04.2019

Atención y concentración : El ojo del Brujo

  • El proceso de adivinar puede ser definido como imaginar con certeza.


  • Para el caso de una consulta al oráculo del Tarot, existen muchas variables a partir de las que se puede analizar por quelas respuestas pueden parecer más claras o más confusas - es decir, más ciertas o más inciertas. Pero en este caso, me centraré en analizar dos variables que, como lectores del oráculo, me parecen centrales para tener en cuenta: la Atención y la concentración. 


Cuando hablamos de concentración, hablamos de un proceso vinculado a otro que es su marco general y que se llama Atención. La Atención puede ser definida como un proceso mediante el cual el sistema nervioso se enfoca hacia determinados estímulos y deja de lado otros: logra establecer una figura sobre un fondo.

En este sentido, la Atención es como una especie de ojo mental que se fija en lo que en un momento u otro aparece como relevante o que destaca sobre el resto de los estímulos, que entonces pasan a ser trasfondo sobre el cual destaca algo que llama nuestra Atención.


La concentración o control atencional, en cambio, refiere a la capacidad de un individuo de poder escoger a que prestar atención y que ignorar, siendo posible mantener así­ voluntariamente la Atención focalizada sobre ciertos estímulos -y no sobre otros- durante un tiempo determinado. Este ejercicio incrementa la claridad de la imagen que el ojo mental percibe.

Mientras que la Atención nos permite ir recorriendo las cartas abiertas que están presentes en la Tirada, como el foco de una cámara que vaga de un punto a otro y deja entrar las imágenes que nos dejarán establecer historias, tramas o personajes que parecen relevantes, la concentración nos facilita el aislarnos momentáneamente de unas cartas y focalizarnos en otras: como si se percibiese una historia de fotonovelas narrada por las cartas. Y entonces, nos concentramos un minuto para leer ese trozo de historia.

Voluntariamente, nos entregamos a ver algo que nos ha llamado la atención y miramos porque, como lectores del oráculo, es a eso a lo que nos han convocado: mirar claro, y saber decir. Imaginar con certeza.

El concentrarnos nos abre la puerta a profundizar y definir formas más complejas, para ir separando poco a poco unos elementos de otros, y luego volver a unirlos en un todo que muestre los detalles de una historia.

La lectura del Tarot es una meditación junto a otro, que nos consulta como lectores del oráculo y que, para ello, acepta compartirnos su historia.

Otras herramientas -como la Bola de Cristal- también nos ayudan a mirar con claridad para saber transmitir aquellos detalles que esta historia nos traslada. Ser lector de Tarot es ser un cronista.

Leer Tarot es sentir y concentrarse en aquel sentimiento: en ese sabor, en esos detalles -y luego, transmitir esa mirada aguda.

En este sentido, los ejercicios de meditación siempre nos ayudarán a ser claros intérpretes del oráculo, porque con ello nos hacemos fuertes en el cultivo del ejercicio voluntario de concentrar nuestra Atención para dilucidar una historia.

Dejo aquí un ejercicio básico de meditación, que es muy interesante de realizar para aquellos interesados en iniciarse en Bola de Cristal. Proviene del Raja Yoga y se llama Trataka.

TRATAKA

Para hacer este ejercicio, elija una posición cómoda. En este sentido, recomiendo sentarse en una silla con la espalda bien apoyada en el respaldo y dejando los brazos y las manos reposando sobre sus piernas. Pondrá frente a usted una vela en su palmatoria o candelabro, sobre un escritorio, mesa o cualquier superficie firme. La llama de la vela debe quedar a la altura de sus ojos.

Comience mirando relajadamente hacia el punto más luminoso de la llama de la vela, mientras respira lenta y profundamente y deja que sus ojos se acostumbren a la imagen de la llama.

Dedique un momento a respirar: inspire lentamente durante un periodo de diez segundos; luego, retenga el aire otros diez segundos más, y luego exhale a lo largo de otro periodo de diez segundos. Finalmente, mantenga los pulmones sin aire diez segundos más, antes de volver a inspirar y recomenzar este ciclo. Hágalo unas cinco veces y luego, si se ve capaz de repetirlo, haga otro ciclo de cinco respiraciones para completar así­ las diez. Notará inmediatamente como su mente se despeja y le resulta más fácil concentrarse en lo que hace.

Una vez completado este ejercicio de respiración y volviendo a la normalidad, enfoque su Atención en la llama de la vela. Concéntrese, mirando los detalles de la llama: su color, luminosidad, las formas que adopta el fuego, su reflejo en el color de la vela.... Tras uno o dos minutos de observar detenidamente la llama, cierre los ojos y reproduzca mentalmente todos los detalles. Esta parte del ejercicio, con los ojos cerrados, debe hacerla otros dos minutos más, intentando que esta imagen mental del fuego de la vela sea lo más clara posible.

Abra los ojos, y vuelva a concentrarse en la vela encendida. Repita el ejercicio al menos dos veces más, observando la llama y luego reproduciendo mentalmente su imagen.

La simplicidad de este ejercicio es enorme, y no deberá requerir ningún gran esfuerzo si no fuese porque al cerebro no le gusta hacer ejercicio. Se verá interrumpido en momentos por la inquietud de querer moverse, de pensar en otra cosa, o se dirá a sí­ mismo que pierde el tiempo en tonterí­as. No desespere, esto es normal y se encuentra descrito desde antiguo en los textos de los maestros meditadores. La mente salta de un lado a otro, es su naturaleza. Cuando comience a ocurrirle, con tranquilidad y amorosamente tómese a sí­ mismo y vuelva a enfocar su atención en la vela. No intente luchar contra estas interrupciones: antes bien, acéptelas amorosamente, y luego retorne al ejercicio en paz.

Trataka le ayudará desde el primer momento a mantener la atención y a mejorar su memoria. Su práctica constante le servirá para concentrarse mejor en todo lo que haga.

Escrito por : JCA 

Alicia Santamaría
Alicia Santamaría